Viajar a Edimburgo, es viajar al pasado, al presente y al futuro al mismo tiempo debido a la gran cantidad de patrimonio histórico y actual que contiene.
La ciudad está repleta de edificios de gran antigüedad como es el caso del castillo, el cual se encuentra emplazado en el medio de la ciudad imponiendo con su tamaño y belleza. Las catedrales e iglesias son otros de los edificios que reinan en la ciudad, mostrando a los visitantes parte del pasado desde el punto de vista católico y creciente.
Las calles de la ciudad nos muestran técnicas y costumbres tanto antiguas como más modernas, un claro ejemplo de ello es la old town y la new town las cuales separan el centro de la ciudad.
Las casas, pubs y tabernas también forman parte de un patrimonio muy rico y variado gracias a su arquitectura y las tradiciones que se dan dentro de estos lugares como por ejemplo beber cerveza y escuchar música escocesa.
La artesanía y gastronomía también forman parte de este patrimonio tan valioso. La ropa, joyas, productos artesanos, destilerías y fábricas además de restaurantes y recetas forman un conjunto muy reclamado por los turistas que se acercan a la ciudad. Los museos son muy importantes ya que nos pueden ayudar a interpretar y conocer otro tipo de patrimonio cultural durante nuestra estancia.
Así pues, Edimburgo es una ciudad muy rica en este campo y muy interesante de explorar si tenemos la oportunidad de hacerlo ya que valdrá la pena.
